¿Tradición o tortura?
Desde siempre la corrida de toros es un símbolo con el que se identifica España y para muchísimos españoles es una de las tradiciones más vividas, no por ello ausente de detractores.
La
verdad es que realmente se trata de una tradición muy antigua. La
primera corrida tuvo lugar en 1387 en Cataluña, durante el reinado de
Juan I, exactamente en Barcelona. La primera corrida en sentido moderno se llevó a cabo en el siglo XVIII.
Desde entonces los seguidores de la corrida aumentan de manera considerable y, en efecto, el público de este espectáculo es mixto: hay ricos y pobres, viejos y jóvenes, sin distinción.
Resumiendo
lo que pasa durante una corrida podemos decir que hay generalmente 6
toros y 3 cuadrillas. Cada cuadrilla es compuesta por: el matador y los
subalternos (picador, banderilleros y el mozo de espada). Los toreros que pueden matar se llaman “matadores”; y aquellos que se enfrentan
al toro sobre un caballo se llaman “rejoneadores”. La lucha empieza con
el rejoneador que torea al primer toro, luego llegan los banderilleros
que siguen haciéndole daño y por último llega el matador. Esto se repite con cada toro.
La corrida ha tenido siempre un profundo sentido, conectada a la historia de España y por supuesto a la tauromaquia. Sin embargo, ahora en España hay diferentes opiniones sobre este asunto, no todos los españoles se identifican con esta tradición.
Para
los conservadores, la tauromaquia es una parte de la cultura española
muy importante y muy antigua. Para ellos la corrida es una muestra de respeto hacia la fuerza del animal, sirve para descargar sentimientos negativos y agresivos, es la metáfora de la lucha entre el bien y el mal donde el toro representa el mal.
Por
otro lado, los contrarios a la corrida de toros piensan que todas estas
motivaciones no justifican la crueldad y la violencia que los toros
tienen que sufrir a causa de este sangriento y cruel espectáculo. El
intento de los opositores es el de eliminar completamente la corrida
como por ejemplo, sucedió en Cataluña en 2010, donde en la actualidad
está prohibida. Desde 2011 la trasmisión de la corrida en la TV está
prohibida. También en Andalucía hay una legislación popular para la
corrida pero el presidente de la Junta es contrario a esta abolición.
Madrid intentó prohibir las corridas pero la petición no fue aprobada.
Según yo la abolición completa de la corrida sería algo demasiado fuerte.
Antes
que nada hay que hacer una premisa. El tratamiento que recibe el toro
no es tan cruel como se cree. En efecto el toro antes de luchar
lleva una vida mimada y cuando muere tiene tanta adrenalina que en
realidad no sufre. Si el toro ha luchado bien él es premiado y curado
por un veterinario.
Está también el lado económico que no tenemos que olvidar. La corrida está relacionada con
una industria de 2 mil millones de dólares que emplea más de 100
millones de personas y además la corrida es fuente de turismo que puede
sacar el país de la crisis.
Entonces,
eliminando completamente la corrida de toros se perderían puestos de
trabajo, menos turistas irían a España y se amenazaría la identidad
española. En lugar de la abolición sería mejor hacer algunas variaciones
como, por ejemplo
en Portugal o en Ecuador donde el toro nunca muere y encontramos “los
recortes” que son jóvenes que hacen un espectáculo, haciendo acrobacias
alrededor y por encima del toro, sin matarlo o hacerle daño.